sábado, 21 de julio de 2007

[20]

A. es un chico que a pesar de estar rodeado de mucha gente se siente muy solo. El corazón lo tiene sano y está preparado para entregárselo a alguien.

Todo comenzó de la manera más tonta.

A. había visto a R. desde hacía mucho tiempo y le gustó la forma de vestir, de hablar, incluso la de fumar, aunque a A. no le gustara nada en absoluto el tabaco. A. es así de tonto.

Después de muchos intentos de llamar su atención, una noche R. hablaba con su amiga sobre un grupo de música que A. acababa de conocer y enseguida intentó establecer una charla con el presunto objetivo de que R. le recomendase alguna canción.

Patético pero perfecto.

Entre eso y el primer beso apenas pasó una semana. Fue nuestro primer beso, pero para él, el Primer Beso. En la orilla de una playa especial, a la luz de todas las estrellas una noche sin luna visible desde nuestro punto de vista. Dicha playa se convertió en un talismán para ambos.

Empezaron a llevar una relación discreta, sin levantar sospechas y sin grandes estridencias. Era un amor que comenzaba y sólo necesitaban el uno al otro. Cada día era un encuentro en el que se olvidaban de que las horas pasaban. De ser la 1 de la mañana de repente eran las 6... Se regalaban mil y una caricias. Tenían ganas de aprenderse el cuerpo del otro de memoria, de sentir todo el tiempo los labios unidos. Cuando hablaban, se hacían promesas cargadas de sentimientos. Y por fin llegó nuestra primera vez. Su Primera Vez. Ya se sentían unidos por algo inexplicable, por una fuerza peligrosa pues es muy difícil de crear pero muy fácil de romper.

Sin embargo, mientras A. esperaba en su coche que R. bajase, apareció su ex G. La que se lió fue espantoso. G. aún guardaba muchos de los sentimientos que le habían hecho enamorarse de A., a pesar de ser él quién puso fin a la relación. Ambos se enfadaron, ambos lloraron, ambos dudaron de A. y A. puso en práctica mil trucos que conocía para que todo saliese bien, dentro de la gravedad. Lo consiguió. Cada uno se quedó conforme, pero no solucionado.

Este hecho significó el declive de la relación entre A. y R. Este último no se fiaba de A., le exigía ver la bandeja de entrada del teléfono móvil ( a lo que A no accedió nunca), cada vez que se encontraban R. y G. se lanzaban miradas asesinas, se ignoraban y se ponían verde. Todo delante de A. y en el lugar de trabajo de A.

A. empezó a sufrir las consecuencias. Pérdida de apetito, desgana, incomunicación, aislamiento, estrés acumulado por las nubes... Todos los síntomas previos a una depresión.

Sin embargo algo cambió. Cierta semana, la última, R. dejó de escribir y de llamar/cogerle el teléfono a A. durante dos días. En ese tiempo nadie sabe lo que R. hizo, aunque sabiendo que había un chico muy interesado en él y que no le dejaba en paz, las conclusiones pueden ser precipitadas pero correctas. El sábado correspondiente a esa última semana, después de haber estado R, en el trabajo de A. y haberle ignorado por completo, A. recibió un mensaje de R. después de que se hubiera ido: "Aunque forma parte de mi intimidad te diré que esta noche voy a pasarla en casa de J. (el chico que iba detrás suya)"

En ese momento el mundo de A. se hundió. Llamó pidiendo explicaciones, suplicando que no lo hiciera, prometiendo que la situación tan estropeada se arreglaría, y todo eso salpicando la conversación de "te quiero", "no puedo estar sin ti" y lágrimas, demasiadas lágrimas, sobre todo para el lugar de trabajo de A. R. no hizo caso, siguió con su plan, él consideraba que dada la situación tenía libertad para hacer lo que quisiera. Colgaron. Se enviaron mensajes. El último de él decía "necesito hacer esto para matar el amor que siento por ti". A. le contestó, no recibió respuestá, le dio un toque apremiando por una contestación, pero el teléfono estaba apagado.

A. creyó morir.






Y aún creo que estoy muerto, sigo vivo pero no tengo corazón.

jueves, 12 de julio de 2007

[18] Here (In your arms)

Por primera vez en mi (corta) existencia como blogger, estoy actualizando desde mi pub... son los lujos que uno se puede permitir cuando se saca el módem de Vodafone y no hay ni el gato a quien servile una copa.

En un principio no tenía ni idea sobre qué iba a escribir. Había pensado un post automasturbatorio, que así llamo yo a esos en los que te dedicas a regodearte en los terremotos emocionales por los que pasa tu vida (tengo motivos para hacerlo), pero lo descarté porque mi psiquiatra me cobra para algo, ah! no, que soy yo mismo, es igual.
Después pensé escribir un post de esos peudocientíficos mios que tanto gustan a Iago, pero el tema que tengo pensado requiere que lo prepare un poco más ya que tratará sobre algo que nos afecta a todos los seres humanos y algo a lo que nunca estamos dispuestos a renunciar.
Finalmente, después de pensar en otros muchos como sobre tios buenos, buenos tios, tios a medias y mil paridas más me he decidido por éste, sobre lo extraño de las relaciones y la fragilidad de ellas.

Mientras que escribía todo el párrafo anterior, mi msn me ha mostrado avisos de "x" contactos conectados, he mirado algunos con extrañeza, intentando identificar nicks con personas, creo que todos somos capaces de asignar un tipo de nick a cada uno de nuestros contactos. Lo sorprendente me ha resultado cuando me he dado cuenta que a mucho de ellos no los conozco realmente, es decir, son conocidos, pero la relación que yo mantengo con ellos es muy... frágil. Por ejemplo, "V" es una compañera mia de la facultad, del núcleo de 3 que formábamos el grupo completo; estábamos juntos desde primera hora de la mañana hasta más allá de que cerrase la facultad con nuestras cervezas, tintos y alcoholes varios. Este curso pasado ella fue a Madrid a cursar un Máster y yo me quedé en Sevilla en mi labo, vive en el pueblo de al lado de mi ciudad aquí en Cádiz. Pues es sorprendente cómo se ha perdido el contacto, no hablmos nada. La veo conectarse, pincho en su ventana y una vez que tengo el cursor parpadeando no hay ni una palabra que salga de mis dedos, esto debe ser lo que llaman el bloqueo del escritor, sólo que en mi caso es el bloqueo del messengero.

Este es un ejemplo con una amiga, pero ¿qué ocurre cuando es un tio? ¿Y siendo un tio que nos ha gustado? ¿Y con un ex?

¿Qué le pasa a la gente que sólo quiere reducir su círculo a una serie de personas?

Yo soy el primero que opina que una charla por msn es una mierda, siempre y cuando exista la alternativa del café & copa juntos, pero incluso estando separados por la distancia, existe el teléfono, existen las ganas, existe un pasado entre ambas personas.

¿No os cansais de dar vosotros el primer paso? ¿De esperar algo a cambio de nada? ¿De la sensación de humillación?

Yo me siento humillado, menospreciado, cuando alguien me tiene como no admitido para hablar solamente con el chico que le gusta, que sólo me admite cuando la sensación se vuelve demasiado complicada para él y no le queda otra que cruzar dos líneas y poner una excusa tonta para "desconectar", esto es, volver a quitar la admisión. Vuelta a empezar. Que cada uno se mire el ombligo.

El otro tipo de relaciones que "establezco" yo es aquella basada en mis clientes. Son personas que sólo veo durante un rato, algunas horas, los findes (aunque ahora abro todos los días), ellos me tratan como un amigo de toda la vida, vienen me saludas, me preguntan por todos, nos decimos dos tonterías y a pedir la copa. Pienso con frialdad, sé que es mi trabajo, pero sé que aquellos que toman tanta confianza si yo necesitara algo no estarían allí.

Es algo complicado, sé que forma parte del universo personal de cada uno. Si sumamos las circunstancias personales de cada una de las partes implicadas... entonces ya se hace algo imposible de describir.

Pero cuando veais un con contacto conectado, un conocido en la calle, el metro o el bus, en la cola del cine, un amigo en la distancia... pensad si merece la pena mantener la relación con ellos, pensad si sois capaces de aportaros cosas, grandes o pequeñas. Preguntaros en qué parte estáis, en la que pasais y poneis sin admisión a todos, o en la que os molestais por mantener un mínimo, en la que no os cuesta nada regalar una sonrisa acompañada un saludo afectuoso, una breve llamada o un rápido mensaje.

Yo ya me lo he preguntado. Creo que todos estamos en ambos bandos.
Somos dualidad,
somos el ying y el yang,
somos humanos.

viernes, 6 de julio de 2007

[18] When the sun goes down...

Despertar.



La sensación de despertar después de un largo y reparador sueño.


Sintiendo cada latido del corazón, golpeando en los oídos. La sangre repartiéndose por todo nuestro organismo, recorriendo desde la arteria más grande a la vénula más pequeña.


Desentumecer los músculos semi inactivos de toda la noche.


Ese bostezo con el cual los pulmones vuelven a recuperar su volumen y capacidad normal.


Todos los sistemas reiniciados... estamos listos para un nuevo día.


Estoy de vuelta, chicos.